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Mulching

Así es como llaman los anglosajones al acolchado de jardines y huertos. Consiste en "forrar" la superficie cultivada con una capa de paja, cesped cortado u hojas secas consiguiendo en efecto beneficioso.

El mulching protege la valiosa capa de humus en situaciones meteorológicas diversas: en caso de lluvias fuertes protege contra el lavado, en caso de calor y heladas el mulching tiene un efecto aislante. De un suelo cubierto se evapora aproximadamente una tercera parte menos de agua que de la tierra no cubierta. El mulching mejora de forma continua la estructura del suelo. Los microorganismos desintegran lentamente los restos vegetales esparcidos y se forma nuevo humus. Las semillas de las malas hierbas no pueden germinar porque no les llega la luz. El mulching también protege el suelo de enfermedades y parásitos (las pulgas que agujerean las hojas de la col y la menta, prefieren los suelos duros para saltar). La capa de mulching es un hábitat idóneo para muchos insectos beneficiosos. Aquí encuentran refugio, por ejemplo, escarabajos y arañas.


He aprovechado el cesped seco que acumulamos en una zona del jardín para acolchar mi pequeño huerto. Ya veremos cual es el resultado. Por lo pronto, el suelo se está manteniendo húmedo por más tiempo con estas calores del tórrido agosto que estamos soportando y las tomateras ya han llegado a echar flores.

Info vía:
http://www.miguelagricola.com/consejos.asp?id=34&sec=Consejos
http://www.rosae.info/jardin/jardines/?pagina=jardin_jardines_058_058

Tres en un mes

No fue hasta el 15 de julio cuando tuve la oportunidad de conocer su música. Mumin se pasó por mi cumpleaños acompañado de Jairo y como regalito nos ofrecieron un recital de la música que saben hacer. Lleva ingredientes diversos, si bien, uno que no es experto, ha intentado distinguir su poquito de reggae, de soul, de rap (o es hip hop?), algo de flamenco y con raices étnicas. Shabu y el Niño de la Guitarra nos regalaron un unplugged delicioso. Eramos algo más de una docena, sentados en la hierba, al lado del agua y con un maravilloso techo de estrellas en la madrugada. Para mí, que no había escuchado nada de ellos antes resultó un espectacular descubrimiento: la música justa, la voz de Mumin llena de soul, la de Jairo, en un perfecto y correctísimo andalú, ritmos del mundo y... las letras, esas magníficas letras, preñadas de denuncia y compromiso como muy pocos saben hacer hoy.



Unas semanas más tarde, los pudimos disfrutar también en el Ateneo. En esta ocasión el equipo de audio no supo estar a la altura de las circunstancias y las temperaturas de este mes de agosto intentaron jugar en contra. Pero aún así, un selecto grupo de jóvenes y no tan jóvenes, llenó por la mitad el caluroso salón del Ateneo. Nueva sorpresa. Muchos de los presentes cantaban las canciones de Shabu one Shant. ¡Mi hija Marta y algunos de sus amigos/as se sabían las letras!



Acto tercero. Playa de Calahonda, en la dulce Narixa (como la llamara el padre del artista en "Párrafos..." su primer libro). El "Papagayo" estaba hasta la bola. Ni un asiento libre y pocos huecos en el suelo para sentarse. El equipo de sonido en su punto. Y Shabu y el Ninho DLG acompañados por los teclados de Deivi hicieron vibrar al respetable. Ahora estaban en su ecosistema natural, rodeados de un público que los adora, en un acústico similar al del Ateneo de Almodóvar, y contando con la colaboración de Little P (léase litelpi). Mu rebien, un lujo.


Así que en poco más de un mes... tres acústicos de Shabu one Shant, acompañado por el Niño de la Guitarra y en esta última ocasión, con las colaboraciones de Deivi y Little Pepe ¿qué más se puede pedir? Dejo aquí abajo las canciones con las que abrió y cerró el concierto acústico: Hay que celebrarlo y Mercaderes.





Tocar la tierra




No se si será la necesidad de tocar la tierra, percibir sus texturas o sentir su aroma cuando la impregna el agua del pozo. O a lo mejor es la influencia de los amigos que disponen del suyo propio y admiro con sana envidia. Tal vez sea un radical cambio en la dieta que mantenemos en casa, con un mayor aporte de verduras y hortalizas lo que me hace mirar las huertas con otros ojos. O quien sabe si el frecuente contacto con vegetarianos "de pro" como mi amigo Arturo, pero la verdad es que desde hace un tiempo tenía rondándome en la cabeza la idea de poner un pequeño huerto y hoy ha sido el día.

Gracias a mi amigo Martín, ayer por la tarde comprábamos unas planteras cerca de Fuente Carreteros, despues de hablar con Pepe Minguéz en Los Cañuelos y decirnos que a él se le habían acabado. Cuarenta plantas de tomate para invernaderos en un experimento que no sabemos si dará resultado, pero que tenemos que ensayar. Al dueño de los viveros se le ocurrió regalarme un buen manojo de plantas de cebollinos y también las hemos sembrado. Dentro de unas semanas llegarán las coliflores, coles, escarolas y lechugas

Quizás no deba llamársele huerto a los dos surcos de unos 6 metros que les hemos excavado (muy poco yo, y mucho Martín, maestro de la azada) al duro suelo de la parcela, pero desde luego es una ilusión que me mantendrá entretenido durante el final del verano y comienzo del otoño.